Rosie Kemp residía en Nassau, Bahamas, cuando un día de pronto se encontró con un pequeño mapache que tenía problemas. El cachorro estaba asustado, estaba solo, con miedo y no podía andar, porque tenía una pata fracturada. El pequeño animalito se había caído desde un árbol y se encontraba dolorido e indefenso. Entonces, Rosie y su hija, Laura Young, decidieron ayudar a la pobre criatura. Cogieron al bebé y se lo llevaron a casa para curarle y alimentarle. El mapache no se imaginaba lo bien que iba a estar con esa nueva familiar que había decidido adoptarle.
Al mapache lo bautizaron como Calabaza y con el paso del tiempo y el cariño de su nueva familia, se recuperó totalmente de su accidente. Entonces Laura decidió llevárselo a vivir con ella y su marido. El problema que podía tener esta mudanza era que Laura poseía dos perros, pero Calabaza se amoldó a la perfección a su nueva vida. «Calabaza se unió inmediatamente a nosotros y nuestros perros de rescate y ella nos sigue a todas partes», dijo Young en unas declaraciones recogidas por The Dodo.
Según Young, este animal adoptado es «increíblemente inteligente, muy consciente, e incluso diría que capaces de expresar emociones». Tal y como relata Young sobre su experiencia con Calabaza, «ella piensa que es un perro. Es capaz de jugar duro con ellos y se hace respetar cuando ya ha jugado suficiente».
Laura Young, de todos modos, quiere lanzar un mensaje a todas aquellas personas que adoptan o tratan de adoptar animales por su cuenta propia. «Los mapaches no son mascotas, son animales salvajes, por lo que tienen muy mal humor. A diferencia de los perros y los gatos, no están domesticados. Son como un niño mimado, si no sale con la suya, se lo hará saber», cuenta la chica. Y es que los mapaches, igualmente que el resto de animales salvajes, poseen su hábitat natural y es allí, siempre que sea posible, donde deben crecer.
De hecho, lo ideal si se encuentra un animal salvaje fuera de su hábitat natural o incluso malherido, lo ideal es ponerse en contacto con la institución responsable de la fauna local para que atienda al animal. Y es que los mapaches, por ejemplo, son en algunos casos portadores de la rabia. O sea que se debe actuar con responsabilidad.
Fuente: The Dodo / Instagram / pumpkintheraccoon